Si bien estas obras maestras de Beethoven se han grabado innumerables veces, el enfoque de Radulović hacia cada una de ellas tiene un elemento de innovación.
Para el concierto, amplió Double Sens, el conjunto de cámara que fundó en 2008. “Quería conservar el carácter especial de Double Sens como un conjunto que toca sin director y explora nuevas formas de interpretación... En nuestra grabación del concierto queríamos transmitir una variedad de emociones: coraje, riesgo, alegría, amor, rabia, tristeza, nostalgia y mágica serenidad y ternura”.
Por otra parte, en lugar de tocar la Sonata Kreutzer de gran escala en colaboración con un pianista, la interpreta aquí en su propio arreglo para violín solo y conjunto de cuerdas de cinco partes. “Sin dejar de ser fiel a Beethoven, me permití ejercitar mi imaginación”, afirma el violinista.