El jueves 30 de mayo recibimos a Hélène Grimaud 12 años después de su último paso por nuestro ciclo de conciertos. La artista francesa interpretó obras de las tres grandes "B" de la historia de la música clásica: Beethoven (Sonata para piano núm.30, op.109), Brahms (Tres Intermezzi para piano, op.117 y Fantasías, op.116) y Bach (Chacona de la Partita núm. 2 BWV1004, arr. Busoni). Ante las ovaciones de un Auditorio Nacional entusiasmado, la excepcional pianista nos regaló dos propinas: Bagatelle no.3 de Silvestrov y Étude Tableau op.33 no.2 de Rachmaninoff.
Unos días antes, el lunes 27, Grimaud ofreció este mismo programa en el Palau de la Música Catalana como cierre de temporada del ciclo BCN Clàssics. En esta entrada recogemos algunas de las críticas de su paso por nuestro país y fotografías del recital en Ibermúsica.
<< El programa planteado para abrirnos la senda de ese oasis fue de los denominados “de aúpa”. Y el resultado final, cum laude (…) Todo ello con una exquisita pulcritud hacia la partitura, una técnica impecable y, por encima de todo, un gusto sensorial a la hora de tocar fuera de toda duda (…) En los Tres intermezzi, Grimaud pareció trasladarnos a un otoño repleto de nostalgias, destacando la claridad de los temas entretejidos y escondidos entre las diferentes voces, el toque aterciopelado en las cadencias, el contraste siempre equilibrado en los p y los f, el carácter tierno de la berceuse del primer intermezzo, la sobriedad y tristeza de los arpegios del segundo y el misticismo del último. Momento de delicadeza y ensoñación literaria para cualquier oyente sensible (…) [Chacona] el piano de Grimaud sonó como una verdadera orquesta. Ahora sí que la artista había alcanzado la cima (…) Éxito rotundo, sin paliativos (…) ¡Mercì, Madame Grimaud! >> Ritmo
<< Una intérprete de exquisita y muy rica madurez. Desde los primeros compases del Vivace ma non troppo inicial se hizo evidente que la expresión no quedaba en la literalidad del respeto a la indicación p dolce, sino que se adentraría, con ancha dinámica, manejada con habilidad y sutileza, en los múltiples recovecos, inflexiones y contrastes planteados por Beethoven en una obra que, en muchos momentos, nos lleva, casi sin darnos cuenta, de la fantasía a la más profunda emoción (…) [Brahms] Grimaud se acercó a la música de estas bellezas con intención de cuidar justamente ese carácter intimista, doliente y sereno a la vez. Lo consiguió, qué duda cabe, delineando el canto con un fraseo fluido, de fino y sutil rubato, al servicio de una expresividad sentida y natural, y con cristalina claridad en la diferenciación de las voces (…) puso la sutileza de sus más finos matices para hacernos llegar con toda su carga emotiva esta música crepuscular de inalcanzable belleza (…) [Bach] la interpretación de Grimaud, que la atacó (otra decisión acertada) en inmediata conexión con el último acorde del Capriccio final de la op 116 de Brahms, fue, sencillamente, apabullante. Siguió escrupulosamente las indicaciones de Busoni, incluidas las que adquieren tintes casi orquestales, y ofreció una lección contundente de intensidad, brillantez, virtuosismo del mejor y expresión profundamente apasionada y dramática. Ni un instante de respiro para una lectura realmente formidable en la ejecución y en el carácter. Nada extraña que el éxito fuera enorme, merecidísimo >> Scherzo
<< Profundidad, hondura, perfección técnica fuera de toda duda y un compromiso emocional inmenso son adjetivos con los que describir la manera en que Hélène Grimaud construye sus conciertos y recitales (…) Siempre se ha caracterizado por la intensidad de sus interpretaciones. Tiene una notoria sintonía con el repertorio del romanticismo alemán, y en particular con Brahms, a quien conoce muy hondamente. Su manera de tocar es vigorosa y muy apasionada; es imposible quedarse al margen en un recital suyo (…) [Brahms] inteligencia a la hora de exponer las partes de los intermezzos, inspiración y profundidad a la hora de hacer cantar al piano, poderío sonoro, así como delicadeza y contención cuando las piezas lo demandaban, son solo algunos de los rasgos que jalonaron una interpretación primorosa de esta obra otoñal del maestro alemán (…) Memorable fin de temporada nos ha regalado BCN Clàssics en esta ocasión >> La batuta de un cooltureta (Barcelona)
Fotografías: Rafa Martín / Ibermúsica