La idea les sobrevino cuando llegaban al final de su proyecto de Beethoven. Fue una experiencia extraordinaria y profundamente cambiante. Se preguntaban cómo debería haber sido, entonces, para que el público descubriera los cuartetos de Beethoven, y de qué manera el mundo de la música fue cambiado por ellos.
Los compositores que escribían cuartetos de cuerda tenían el monumental legado de Beethoven para estar a la altura, no solo en términos de la calidad de la música sino también del increíble desarrollo que abarcaba. Esto seguiría siendo intimidante para muchos de ellos, y todos estarían influenciados por él de una forma u otra. La cuestión de cómo seguir a Beethoven fue abordada de manera radicalmente diferente por los compositores, cada uno presentando sus propias soluciones recurriendo a medios de expresión a veces opuestos.
Así que organizaron cada uno de sus programas en torno a un grupo de compositores (no necesariamente todos de la misma época o de la misma parte del mundo) que les parecían adoptar formas similares de enfrentar los desafíos de Beethoven desarrollando y expandiendo su lenguaje musical, forzando sus límites en diferentes direcciones.
El primer concierto "Siguiendo los pasos de Beethoven" incluye Langsamer Satz de Webern, Cuarteto para cuerda núm. 4 de Bartók y Cuarteto para cuerda op. 51, núm. 2 de Brahms.
